La relación entre la marihuana en sangre y el apetito es un fenómeno intrigante que ha intrigado a científicos y entusiastas por igual. Muchos usuarios de cannabis informan de un aumento notable en el disfrute de la comida después de consumir esta sustancia.
Este efecto, a menudo humorísticamente llamado «munchies», ha llevado a una serie de preguntas sobre cómo y por qué la marihuana puede intensificar la experiencia gastronómica.
Explorar esta conexión no solo nos brinda información sobre cómo funciona el cannabis en el cuerpo, sino que también nos ofrece una perspectiva fascinante sobre los complejos mecanismos que subyacen en nuestro sentido del gusto y el apetito.

¿Por qué la comida sabe mejor cuando estás bajo los efectos del cannabis?
Esta pregunta ha intrigado a usuarios y científicos por igual, y la respuesta radica en los complejos efectos que el tetrahidrocannabinol (THC), el principal cannabinoide responsable del colocón, tiene en nuestro cuerpo. Investigaciones han revelado que el THC estimula el sistema endocannabinoide, específicamente los receptores CB1 en el cerebro, los cuales regulan una serie de funciones, incluyendo las emociones, el dolor, el olfato y el gusto.
Un estudio realizado en animales sugiere que el THC podría intensificar el sentido del olfato al interactuar con los receptores del bulbo olfativo en el cerebro, lo que hace que los aromas de la comida sean más agradables y aumente el deseo de comer.
Además, la actividad de las neuronas que causan la sensación de saciedad también puede aumentar cuando se activan los receptores CB1, lo que puede provocar un efecto «paradójico» que contribuye a aumentar el placer al comer.
La liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con la sensación de recompensa y placer, también se ve aumentada por el consumo de THC. Este aumento de dopamina puede intensificar la satisfacción que experimentamos al comer, al tiempo que reduce nuestras inhibiciones, lo que podría llevarnos a disfrutar aún más de la comida y a comer en exceso.
En resumen, la interacción del THC con los receptores cerebrales, la mejora del sentido del olfato, el aumento de la sensación de saciedad y la liberación de dopamina son algunos de los mecanismos que podrían explicar por qué la comida sabe mejor cuando se está bajo los efectos del cannabis.
Efectos de la marihuana: ¿Por qué ciertos alimentos nos resultan irresistiblemente deliciosos?
La respuesta, en realidad, está arraigada en la evolución y en la influencia que han tenido nuestras experiencias desde una edad temprana. Desde el momento en que somos bebés, nuestras preferencias alimentarias comienzan a formarse, en gran medida influenciadas por las elecciones de nuestras madres.
La comida que consumen nuestras madres durante el embarazo y la lactancia puede afectar nuestros gustos en el futuro. Por ejemplo, si una madre consume ajo con regularidad, su bebé puede desarrollar una preferencia por ese sabor desde una edad temprana.
A lo largo de nuestra vida, múltiples factores contribuyen a moldear nuestras preferencias alimentarias. Nuestro entorno juega un papel crucial, ya que nos bombardea con señales sobre cómo debería saber nuestra comida.
Los estímulos que influyen en los sabores
Las campañas publicitarias de alimentos, por ejemplo, tienen un impacto significativo en nuestras percepciones gustativas. Incluso los estímulos visuales y auditivos pueden influir en la manera en que percibimos el sabor de los alimentos.
Se ha demostrado que el color del plato en el que se sirve un alimento, así como la forma del mismo, pueden afectar nuestra percepción de su sabor. Por ejemplo, las personas tienden a comer menos cuando el plato es de color azul, y los alimentos con bordes rectos pueden parecernos más sabrosos que aquellos con bordes redondeados. Incluso la textura juega un papel importante: las patatas fritas, por ejemplo, suelen ser más apetecibles cuando son más crujientes.
Sin embargo, el gusto por la comida va más allá de lo meramente físico; es una compleja interacción entre nuestras experiencias pasadas, nuestras conexiones sociales y nuestras preferencias individuales.
Nuestra familia, nuestras vivencias culinarias previas, el ambiente en el que comemos y con quién compartimos la comida, todo esto influye en nuestra percepción del sabor. En última instancia, el sabor es tanto una construcción mental como química, en la que convergen una variedad de factores para determinar qué nos resulta delicioso y qué no.
La gastronomía y los diferentes tipos de marihuana: ¿En qué se relacionan?
La gastronomía ha sido testigo de una nueva tendencia culinaria que ha surgido en países como Estados Unidos, Canadá y Países Bajos en Europa: el uso del cannabis como condimento en diversas recetas. Los chefs han descubierto el potencial que tiene esta planta para elevar los sentidos, intensificar sabores y complementar otros ingredientes de manera innovadora.
La flor de cannabis, además de poseer compuestos aromáticos distintivos conocidos como terpenos, se utiliza de diversas formas en la cocina. Se emplea deshidratada para infusiones o ahumaciones, y molida para potenciar el café o aromatizar la mantequilla.
Las semillas de cáñamo, por su parte, ofrecen una suavidad y consistencia similar a la quinoa cocida, brindando un sabor cremoso reminiscente de los piñones y las semillas de girasol.
¿Cómo usar la marihuana hembra en las comidas?
Para activar los efectos deseados de la planta en la comida, es necesario someterla a altas temperaturas en un proceso llamado descarboxilación, que libera dióxido de carbono. Este proceso busca aprovechar los beneficios que distinguen a la hierba.
Otra técnica común es la infusión en mantequilla, aceite o alcohol para extraer el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), compuestos que ofrecen distintos efectos.

Es importante tener en cuenta que el THC posee propiedades psicoactivas, alterando la percepción y el estado de ánimo, lo que ha generado controversia en torno a su legalización. Por otro lado, el CBD del cannabis ofrece efectos medicinales sin efectos psicoactivos, lo que lo hace más aceptado para uso culinario y medicinal.
Planta marihuana y su combinación con otras especias
Los expertos consideran que el cannabis podría ocupar un lugar destacado en la cocina junto a hierbas aromáticas tradicionales como la albahaca y el romero.
Tanto el THC como el CBD son liposolubles, lo que facilita su incorporación en grasas como leches enteras, mantequillas y aceites, siendo la repostería uno de los principales campos de aplicación. Además, al ser solubles en alcohol, también se han explorado sus usos en la mixología y la preparación de cócteles.
El uso del cannabis en la gastronomía y las bebidas encuentra mayor aceptación en países con legislaciones más permisivas en cuanto al consumo y posesión de marihuana. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta los efectos que pueden tardar en manifestarse y su duración prolongada, lo que requiere especial atención al momento de su ingesta.