La relación entre el consumo de cogollo de marihuanas y la salud cerebral ha sido un tema de debate durante décadas. Una de las preguntas más recurrentes es si el consumo de cannabis puede dañar las neuronas y, en consecuencia, afectar la función cerebral a largo plazo.

Esta inquietud ha sido alimentada por varios estudios y afirmaciones que sugieren que ciertos compuestos del cannabis, como el THC, pueden impactar negativamente la memoria, la concentración y otros procesos cognitivos.

Sin embargo, investigaciones más recientes han comenzado a arrojar luz sobre este tema, revelando que la respuesta no es tan simple y que los efectos dependen de factores como la frecuencia de uso, la edad del consumidor y la proporción de compuestos como THC y CBD en el cannabis.

¿Cuáles son los efectos de los cannabinoides en el cerebro?

El descubrimiento de los efectos del THC en el cerebro marcó un avance significativo en la ciencia. En 1963, el doctor Raphael Mechoulam y su equipo en la Universidad Hebrea de Jerusalén identificaron al THC como el principal compuesto psicoactivo del cannabis.

A través de su investigación, también descubrieron que el cerebro humano produce un compuesto similar al THC, conocido como anandamida, que junto con el 2-araquidonilglicerol (2AG), forma parte del grupo de los endocannabinoides.

Los endocannabinoides juegan un papel clave en el sistema endocannabinoide, actuando en el interior de las neuronas mediante receptores específicos en la membrana neuronal. Estos receptores de cannabinoides se encuentran distribuidos en varias áreas del cerebro, incluyendo el hipocampo, el hipotálamo, el cerebelo, los ganglios basales y la amígdala, entre otros.

Esta distribución permite que el THC active distintos receptores en el cerebro, lo que se traduce en diferentes efectos y respuestas.

Efectos a corto plazo del THC en el cerebro

El consumo de la planta de marihuana genera efectos inmediatos cuando el THC es absorbido por los pulmones y llega rápidamente al torrente sanguíneo. Una vez en el cerebro, el THC se une a los receptores endocannabinoides, provocando una sobreestimulación de ciertas células neuronales. Esto puede desencadenar efectos como:

  • Euforia: sensación de bienestar y placer
  • Alteración de los sentidos: especialmente la percepción del tiempo y el espacio
  • Alucinaciones y delirios (en dosis altas)
  • Cambios de humor y reacciones emocionales intensas
  • Limitación de la movilidad corporal y coordinación
  • Dificultad para resolver problemas y debilidad en la memoria
  • Psicosis temporal en casos de consumo elevado o regular

Además, el THC aumenta la liberación de dopamina, estimulando el sistema de recompensa cerebral. Esto refuerza la sensación de placer asociada al consumo, pero también contribuye a ciertos riesgos a largo plazo.

Efectos a largo plazo del consumo de marihuana en el cerebro

El consumo prolongado y a edades tempranas puede tener un impacto en la función cerebral, afectando la memoria, el aprendizaje y la creación de conexiones neuronales. Algunos estudios señalan que el uso frecuente de marihuana puede influir en:

  • Capacidad de aprendizaje y memoria: El cerebro joven es particularmente vulnerable, lo que afecta la capacidad de retener y procesar información.
  • Capacidad de pensamiento y resolución de problemas: A medida que se desarrolla una dependencia psicológica, la motivación y el enfoque pueden disminuir.

Además, los efectos a largo plazo incluyen el riesgo de desarrollar una dependencia psicológica, impulsada en gran medida por el deseo emocional de experimentar los efectos del THC.

Efectos físicos asociados al consumo de cannabinoides

El uso prolongado de cannabis también puede provocar efectos físicos y problemas de salud, tales como:

  • Problemas respiratorios en consumidores que fuman cannabis de forma frecuente
  • Ritmo cardíaco acelerado, que puede representar un riesgo en personas con problemas cardíacos
  • Náuseas y vómitos intensos en casos de uso crónico

Efectos mentales del consumo prolongado de los diferentes tipos de cannabinoides

En cuanto a la salud mental, el consumo prolongado y en dosis elevadas puede agravar ciertos trastornos y síntomas, tales como:

  • Alucinaciones y episodios de paranoia
  • Intensificación de síntomas en personas con esquizofrenia o antecedentes de trastornos psicóticos

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