Guía para plantar marihuana en la primavera
Pueden haber muchas quejas, pero no se puede negar que Latinoamérica es un territorio enorme con una gran variedad de entornos de cultivo para el aficionado al cannabis. Desde montañas y valles, altiplanos áridos, regiones costeras e islas tropicales, estas son algunas zonas que se pueden encontrar en el territorio latinoamericano y en las que el cannabis crece sin problema alguno.
Atravesado por el Ecuador, Latinoamérica ocupa parte de ambos hemisferios y, a excepción de Uruguay, el sur de Perú, y tres cuartas partes de Argentina, se encuentra entre los trópicos. En este sentido, esto corrobora que, en su conjunto, América Latina cuenta con todo tipo de climas disponibles para quienes son aficionados al cultivo de marihuana.
La marihuana, al igual que cualquier planta del mundo, necesita de ciertas condiciones para que pueda desarrollarse. Si lo que se quiere es sembrar en exterior, hay que tener en cuenta dos de las siguientes condiciones:
1- Temperatura: las plantas de marihuana interrumpen su desarrollo cuando bajan las temperaturas. Entonces, para que crezca la plata, lo ideal es que no se empiece el cultivo hasta que las temperaturas mínimas sean superiores a 10ºC.
La primavera puede variar de la región norte a la del sur de la península. Y además, las temperaturas no son iguales al nivel del mar que a 1000m de altura. Por eso se recomienda que se revisen las temperaturas mínimas en primavera.
2- Horas de luz: las semillas feminizadas y regulares necesitan determinadas horas de luz para crecer y para florecer. En el caso del hemisferio norte, la mayoría de las variedades comerciales tienen las horas adecuadas para crecer a partir de mayo y para florecer a partir de agosto.
Pero si lo que se buscan son variedades que se desarrollan de forma independiente a las horas de luz, lo ideal es buscar semillas autoflorecientes. Pese a esta característica peculiar por la cual son conocidas, ellas necesitan muchas horas de luz para desarrollarse bien. La ventaja es que no hay que esperar a que disminuyan las horas de luz para que comiencen a florecer.
Puede que las leyes varíen de un país a otro, pero el cannabis disfruta de diferentes niveles de tolerancia en gran parte de Latinoamérica. Por eso, a nivel general, no tendrías que tener ningún problema. Sin embargo, cuando se trata de saber el clima o temperaturas óptimas para cultivar, lo ideal es tener un poco de cultura local y un calendario solar y lunar. Para el Trópico de Cáncer, se usan las medias de Ciudad de Guatemala, y para el de Capricornio, las de Lima. Para las regiones meridionales de fuera de los trópicos, se utilizan las medias de Santiago.
Cuando llega la primavera se pueden tener en cuenta los siguientes datos:
TRÓPICO DE CÁNCER
• Duración media del día: Marzo: 12h 03m, Abril: 12h 28m, Mayo: 12h 48m
• Temperatura media: Marzo: 26°C, Abril: 27°C, Mayo: 26°C
TRÓPICO DE CAPRICORNIO
• Duración media del día: Septiembre: 12h 01m, Octubre: 12h 20m, Noviembre: 12h 40m
• Temperatura media: Septiembre: 19°C, Octubre: 20°C, Noviembre: 22°C
ZONAS MERIDIONALES
• Duración media del día: Septiembre: 11h 52m, Octubre: 12h 54m, Noviembre: 13h 51m
• Temperatura media: Septiembre: 19°C, Octubre: 20°C, Noviembre: 21°C
Cuando empieza el primer mes de la primavera, este inicia con el equinoccio vernal, es decir, aquel momento a partir del cual los días que siguen hasta el equinoccio de otoño, tendrán más de 12 horas de luz. Esto es fundamental para una etapa vegetativa saludable.
En los trópicos, se puede germinar el cannabis en esta etapa. Los plantones brotarán y se desarrollarán con el calor de los trópicos, donde crecerán rápidamente. Al cultivar en esta zona, es muy importante optar por las especies adecuadas, sobre todo si estas resisten a las bacterias y los hongos, ya que son un rasgo beneficioso en ambientes húmedos.
Con respecto a las variedades, las sativa y sativa dominantes saldrán adelante y florecerán sin ningún problema. En el caso de las índicas, estas crecerán bien durante el período vegetativo, pero podrían tener problemas para pasar a la floración, ya que las noches no transcurren con la rapidez suficiente para desencadenar esta fase. En este caso puede ocurrir que se deba recurrir a cierta privación de luz para garantizar la floración de las variedades más fotodependientes.
Fuera de los trópicos, aunque los días se alargan más rápido, el sol tarda más tiempo en proporcionarle al cannabis la exposición total que necesita. Cuando llega el segundo mes de la primavera, la germinación de las semillas va a garantizar una buena fase vegetativa y los mejores resultados finales. Si estas llegan a germinar demasiado pronto, las plantas fotoperiódicas podrían desorientarse y reducir su producción y calidad al final de la floración.
Cuando el cultivo se encuentra en este tipo de circunstancias, la duración del día va a informar a las plantas más jóvenes que se encuentran en período de floración. Y unas semanas más tarde, deberán volver a la etapa vegetativa, para luego florecer nuevamente una vez llegado el otoño. Como se sabe, las plantas en fase vegetativa siguen siendo impresionantes, pero sus flores serán de una calidad inferior y sus cosechas muy escasas.
Si lo que se busca es obtener plantas grandes en zonas donde la etapa vegetativa es más corta, habrá que germinar las semillas antes de que empiece la primavera, y proporcionarles luz artificial para prolongar el período vegetativo. Las plantas que ya están establecidas se pueden sacar al aire libre cuando los días tengan más de 12 horas de luz. Cuando hayan estados durante dos semanas bajo la sombra y se hayan curtido, se desbocarán en cuanto se encuentren a pleno sol.
El comienzo de la primavera es el momento ideal para empezar a aplicar podas apicales y así manipular el patrón de crecimiento de la planta. Cuando hay plantas bien manicuradas y mantenidas, estas suelen llegar a responder con un crecimiento vigoroso y múltiples puntos de floración. Los doseles distribuidos uniformemente, con ramas abiertas y despejadas por debajo, garantizan plantas totalmente sanas.
En esta época, además, lo mejor para el cultivo será empezar a pulverizar con soluciones foliares orgánicas, como plaguicidas y fungicidas naturales como el aceite de neem, y estimulantes del crecimiento, como algas marinas o aloe vera. Lo ideal es que esto se aplique por la tarde-noche.
Finalmente, una vez que se encuentren a finales de la primavera, será acá el momento adecuado para volver a modificar el suelo como preparación para la explosión vegetativa del verano. Es aquí cuando las plantas van a esforzarse en buscar desarrollar el máximo de puntos de floración posibles.
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