La categoría de cannabis autóctono engloba aquellas cepas naturales que han florecido y evolucionado de manera autónoma, sin intervención humana, en regiones geográficas específicas. Estas cepas nativas, pura genéticas de marihuana, sirven como cimiento para toda la diversidad genética creada por criadores a lo largo de las décadas, y su preservación se convierte en una tarea de suma importancia.

La clave radica en mantener las características químicas únicas de estas cepas de marihuana que han surgido espontáneamente y han demostrado su capacidad para adaptarse a diversas condiciones climáticas. Este cuidado es esencial para dar origen a nuevas variedades libres de contaminación por híbridos.

¿Cuándo aparecieron las semillas de marihuanas geneticas?

La mayoría de las cepas cannabis autóctonas que conocemos hoy fueron descubiertas en las décadas de 1970 y 1980, cuando los pioneros del cannabis emprendieron viajes alrededor del mundo en busca de cepas inexploradas. Su misión no solo consistía en descubrir las características y propiedades únicas de estos tipos de geneticas de flores, sino también en recolectar nueva genética para enriquecer sus cultivos. Los especímenes recolectados de estas especies nativas fueron transportados a diferentes continentes, marcando así el inicio de una diversidad genética más amplia.

Es importante señalar que, para ser considerada autóctona, una planta de cannabis debe permanecer en su territorio de origen. El término «autóctono» implica que la especie ha nacido y se ha desarrollado de manera natural en una región geográfica específica.

Aquellos especímenes que son trasladados de su hábitat natural no se clasifican como autóctonos, sino como reliquias. Este cambio de estatus se debe a que su supervivencia, determinada por las condiciones climáticas y el sustrato específicos de su lugar de origen, se ve alterada al depender de la intervención humana en su nuevo entorno.

Características distintivas de las plantas de marihuanas geneticas nativas

En el actual panorama saturado de plantas geneticas de marihuanas derivada de la hibridación, identificar unas cepas de cannabis y diferenciarlas de sus pares se ha convertido en un desafío, reservado solo para criadores y entusiastas altamente experimentados, comparado con la habilidad de un sommelier para reconocer un vino sin consultar la etiqueta.

Sin embargo, las geneticas de cannabis nativas presentan diferencias sustanciales en comparación con sus contrapartes cultivadas por el hombre. Estas distinciones se manifiestan en diversos aspectos.

Las geneticas de cannabis exhiben una mayor inestabilidad e inconsistencia, junto con una menor productividad. Ante esta realidad, podría surgir la pregunta de por qué es crucial preservar el cultivo de estas plantas, especialmente cuando los híbridos ofrecen un rendimiento aromático superior y mayor productividad. La respuesta es sencilla: solo las cepas autóctonas albergan geneticas puras de cannabis, un elemento esencial para la creación de nuevas mezclas. Podemos compararlas con una base neutra que permite la adición de diferentes matices de sabores, aromas y texturas.

No debemos pasar por alto la importancia de preservar la biodiversidad para el estudio de la capacidad de adaptación y supervivencia en diversos entornos. En resumen, la comprensión del cannabis nativo radica en su contribución invaluable a la biodiversidad y la preservación de genética pura.

¿Cuál es la estrategia de cría ideal para ti?

Híbridos F1:

Los híbridos F1 destacan por su homogeneidad, vigoroso crecimiento y capacidad para superar a sus progenitores en el espacio de cultivo. La clave está en la combinación de dos cepas de la marihuana estabilizadas y no relacionadas genéticamente, siendo este el único método para crear auténticas semillas F1.

Si tu objetivo es generar un híbrido excepcional como la Power Kush, necesitarás cruzar ejemplares de cepas de pedigrí como la Critical y la OG Kush. Este proceso se asemeja a una apuesta segura en el ámbito de la cría de cannabis: cruzar dos padres estables pero diferentes, y la descendencia resultante será la de híbridos F1.

Cruces posteriores:

Al cruzar la misma descendencia F1, se obtienen híbridos F2, una fase en la que la complejidad aumenta. Los F2 tienden a ser menos uniformes que los F1, exhibiendo diversos fenotipos.

Cruzar hermanos implica mayores desafíos, aunque no es imposible. No obstante, se requerirán múltiples generaciones y una cuidadosa selección fenotípica para alcanzar la estabilidad deseada.

Retrocruzamiento:

El retrocruzamiento se posiciona como la estrategia óptima para programas de cría a pequeña escala. Si se conserva una planta madre de uno de los progenitores o se sigue una línea de esquejes, esta opción resulta viable.

El proceso implica el cruce inicial de las dos mejores cepas marihuana parentales, seguido por el cultivo de una descendencia que se retrocruza con la planta madre original. Por lo general, se requiere retrocruzar la siguiente generación nuevamente con la línea materna y posiblemente una generación adicional para consolidar los rasgos deseados.

¿Qué características deberías buscar en una cepa de cannabis?

Al embarcarte en la emocionante travesía de crear tu propia variedad de cannabis, ya sea a través de esquejes de tus hembras más destacadas o mediante la obtención de semillas feminizadas/autoflorecientes, es esencial definir claramente las características deseadas.

Este proceso de selección determinará la receta para tu exclusiva cepa de marihuana. Si te sientes indeciso sobre por dónde empezar, los siguientes atributos son fundamentales y constituyen la esencia de los programas de cultivo de cannabis más exitosos.

  1. Potencia:
    La calidad de tu producto se confirma fácilmente al fumar una pequeña muestra. Aunque durante mucho tiempo se buscaban los niveles más altos de THC, hoy día, los cultivadores valoran un enfoque más equilibrado, especialmente en el cannabis medicinal. Considera la concentración de CBD y busca el equilibrio adecuado entre THC y CBD. Aun así, no subestimes el atractivo de clásicos como la Northern Lights XL o la Amnesia Haze XL.
  2. Producción:
    La proporción favorable de flor a hoja y una elevada productividad son atributos invaluables para cualquier variedad. La Critical XXL, por ejemplo, se destaca como una auténtica fábrica de cogollos orgánicos. Su hibridación Skunk vigorosa no solo la hace estable, sino también fácil de clonar. Contar con al menos un padre potente en la mezcla aumenta las posibilidades de descubrir fenotipos excepcionales en la descendencia.
  3. Otros Rasgos Importantes:
    La calidad de las geneticas cannabis van más allá de la potencia y la producción. Asegúrate de evaluar también factores como el sabor, aroma, resistencia a plagas, tiempo de floración y adaptabilidad a diferentes entornos. Estos elementos contribuirán a la singularidad y versatilidad de tu cepa. Además, ten en cuenta la interacción sinérgica entre cannabinoides, terpenos y flavonoides, conocido como el «efecto séquito», que potencia el efecto general del cannabis.