A la hora de cultivar marihuana, una de las cuestiones más importantes a tener en cuenta es la temperatura. Es sabido que, durante ciertas épocas del año y regiones del mundo, el frío puede ser un gran enemigo y obstáculo a la hora de sacar tu cultivo adelante. Sin embargo, si conocés bien algunas características de tu planta, podés sacarle provecho.

Para las plantas de marihuana, como para cualquiera, un exceso de frío tanto como un exceso de calor no es bueno. Además, de acuerdo a cada fase de crecimiento de la planta, deberás saber qué le conviene y cómo debería aplicarse determinada temperatura. 

El frío y su rol en diferentes etapas: ¿Cuánto frío puede soportar una planta de marihuana?

Cuando llega la fase de crecimiento, una planta va a invertir toda su energía en la producción de celulosa, es decir, en crear una buena masa vegetal tanto en sus raíces como en las zonas aéreas. 

En cambio, si es que uno comienza el cultivo a principios de primavera, las plantas tendrán cuatro meses de crecimiento para desarrollar una estructura lo suficientemente fuerte, con raíces grandes, profundas y con miles de ciliares, es decir, las raicillas finas y blancas que son las de mayor poder de asimilación de nutrientes.

Al momento de que empiece la fase de floración, a mediados de julio, la planta de marihuana tendrá una estructura consolidada que podrá hacer frente a muchos tipos de estrés; incluso el térmico, que es del cual hablaremos hoy. 

En cuanto se acerque la fecha de la cosecha y pienses que el frío puede ser una gran enemiga a la que tu planta se ve sometida constantemente, no te alarmes, porque esta será la clásica señal de que se acerca el final de la planta. Y será entonces como una forma de respuesta y con el fin de atraer polen de una planta masculina, que se multiplicará la producción de resina. En consecuencia, esos momentos serán clave porque el cannabis tendrá la intención de cumplir su función vital, la cual es desarrollar semillas para perpetuar la especie.

Cuantas más resina produzca la planta, más probabilidades tendrá de atrapar el polen macho. Como en realidad no le queda demasiado para hacer al final de su ciclo, a esta parte del proceso lo hará con toda su energía: se podrá observar como los cogollos se endurecen por momentos y que las hojas, que todavía están en buen estado, comenzarán a arrugarse, tal y como les pasa a los árboles de hoja caduca. Además la planta se va a cubrir de una gruesa y espesa capa de resina que tus ojos van a amar observar.

Tengan en cuenta que todo esto ocurrirá solamente si la planta está ya madura en su totalidad, para que luego entre en su fase final. Si esto llega a ocurrir antes por diversos motivos, sucederá todo lo contrario: los cogollos que están todavía formándose no alcanzarán la dureza necesaria y la planta empezará a declinarse, dejando ver cómo todo ese potencial que tenía para continuar su crecimiento ya no será posible.

Además de todo esto, el calor tiende a volatilizar los terpenos, mientras que con el frío esto no sucede. El sabor y aromas de una planta cultivada con frío, son mucho más puros e intensos.

Utiliza el frío a tu favor: conoce bien tu clima

El frío, como se dijo anteriormente, es bueno para las plantas en las condiciones a las que se hizo mención. Pero,ojo, siempre hablamos de frío no de temperaturas excesivamente bajas, como pueden ser inferiores a los 8-9ºC. Cuando esto ocurre y las temperaturas son inferiores, la actividad radicular se ralentiza y la asimilación de nutrientes disminuye. Si llega a estar por debajo de los 0ºC, agarrate con fuerza ante sus consecuencias: toda la sabia de la planta se congela y se paralizan sus funciones vitales y hasta que estas vuelven a estar activas pasa un tiempo que es fatal para la planta.

Tranquilos que esto no significa que la planta se muere ni mucho menos, siempre hablando de plantas muy formadas. Pero no se puede negar que exponerla a temperaturas extremadamente bajas es perjudicial. 

Por ejemplo, y porque la naturaleza es grande, viniste siguiendo el proceso al pie de la letra y gracias a una suerte inédita, se han visto plantas sativa de casi gran tamaño cubiertas de nieve a principios de diciembre, y cosechadas dos semanas más tarde sin ningún tipo de problema. Y siempre hablando de plantas cultivadas en tierra madre, ya que en maceta el frío afectará de manera más severa.

Es por eso que es de vital importancia conocer el clima de cada uno antes de decirse por determinadas características genéticas. 

Antes de padecer posibles consecuencias fatales para tu plantas, la mejor opción es que optes por cultivar índicas tempraneras y de montaña cuando el clima es muy frío a principios del otoño, ya que estas genéticas están preparadas para aguantar las frías noches del final del verano y principio del otoño. También son útiles en situaciones en que las temperaturas diurnas son muy elevadas, pero por las noches bajan tanto que el estrés térmico que sufre la planta es difícil de soportar para la mayoría de las variedades existentes.

Algunos consejos

Te va a convenir eliminar las hojas principales y casi todas las pequeñas de la planta cuando hayas cultivado con frío a finales de temporada o calcules que queda una semana para la cosecha. Prácticamente se podría decir que se trata de una manicura para la marihuana una semana antes de cosechar. La planta, en esos momentos, se podrá centrar en la producción de resina y tricomas cuando se vea desprovista de las hojas que son fundamentales para realizar la fotosíntesis y continuar así con su proceso biológico normal. 

Una vez comienzan los días y noches de frío, se debe dejar de regar la planta. El porqué de esto es básicamente debido a que la misma helada que cae sobre las hojas será capaz de  congelar el agua que está bajo el sustrato, lo cual puede ser fatal para tu planta y llevarla a la muerte. Entonces, una prolongada sequía junto a una helada no muy severa, proporcionará una cosecha de máxima calidad.

Como se ha visto, la planta es capaz de soportar muy bien el frío en las zonas aéreas, pero no tanto el frío en su sistema radicular. De las mejores opciones que hay para protegerlas es utilizar un mantillo de hierba o césped recién cortado, hojarasca, incluso un plástico o saco. En el caso del césped u hojas, al irse compostando, alcanzarán temperaturas muy elevadas. Deberás saber que el proceso de compostaje es lento, así que no afectará de forma negativa a la planta que cosecharás en pocos días. 

El plástico, por otro lado, será un gran aliado para que el sustrato se caliente durante los días más que sin él. Y por las noches tardará más tiempo en enfriarse, manteniendo la temperatura prácticamente hasta el día siguiente.

Secado y curado

Utilizar frío seco a la hora de secar tus plantas será la mejor opción posible. Y si se llega a curarla posteriormente en unas condiciones similares, mejor todavía. 

Pese a que el calor acelera el proceso de secado, este resta psicoactividad al THC. El frío en cambio, no lo hará siempre que sea seco y no húmedo, aunque verás que el secado es un poco más largo. 

Por lo tanto, cuando veas que se aproxima una bajada drástica de las temperaturas en los primeros días de otoño, deberás ya contar con la información sobre tus plantas: si son sativas o índicas, si están ya a punto de ser cosechadas o todavía les quedan semanas; incluso si es una genética procedente de climas fríos o no. Conociendo las respuestas, podrás optar por unas u otras genéticas el año que viene.

Como advertimos más arriba, el frío o el calor en exceso no son buenos para nadie; y mucho menos para tu planta. Sin embargo, si conocés bien a qué te estás enfrentando, podrás aprovechar las características de cada uno y hacer que tu planta crezca con debida fuerza y la cosecha final sea espectacular. 

¿Cuánto frío puede soportar una planta de marihuana?

Las plantas de marihuana tienen cierta tolerancia al frío, pero su capacidad de soportarlo varía según la variedad y las condiciones específicas. En general, las temperaturas por debajo de los 10 grados Celsius (50 grados Fahrenheit) pueden empezar a afectar negativamente el crecimiento de la planta. Sin embargo, algunas variedades de marihuana están genéticamente adaptadas para resistir mejor las bajas temperaturas, especialmente aquellas que se originan en regiones más frías o montañosas. Estas variedades suelen ser más resistentes al frío y pueden tolerar temperaturas cercanas al punto de congelación. En situaciones en las que se esperan temperaturas frías prolongadas, es posible proteger las plantas utilizando técnicas como invernaderos, cubiertas de plástico o telas para crear una barrera contra el frío, o incluso utilizando sistemas de calefacción para mantener la temperatura adecuada alrededor de las plantas. Sin embargo, las heladas fuertes pueden ser especialmente perjudiciales, ya que pueden dañar las células y los tejidos de la planta de forma irreversible. Por lo tanto, es importante proteger las plantas de marihuana de las heladas y evitar exposiciones prolongadas a bajas temperaturas para garantizar un crecimiento saludable.

¿Cuál es el mejor clima para la marihuana?

El clima ideal para el cultivo de la marihuana generalmente se encuentra en regiones con temperaturas cálidas y templadas. Durante la etapa de crecimiento vegetativo, se recomienda una temperatura en el rango de 20 a 30 grados Celsius (68 a 86 grados Fahrenheit). Esta temperatura óptima proporciona las condiciones ideales para un crecimiento saludable y vigoroso de las plantas. Durante la etapa de floración, es beneficioso reducir ligeramente la temperatura a alrededor de 18 a 26 grados Celsius (64 a 79 grados Fahrenheit) para fomentar un buen desarrollo de los cogollos.

Es importante tener en cuenta que algunas variedades de marihuana son más resistentes al calor que otras. Estas variedades genéticamente adaptadas pueden soportar temperaturas más altas, incluso por encima de los 30 grados Celsius (86 grados Fahrenheit), sin sufrir daños significativos. Si estás cultivando en un área con un clima caluroso, puedes optar por estas variedades resistentes al calor para asegurar un mejor rendimiento.

Por otro lado, aunque las plantas de marihuana son más sensibles al frío que al calor, algunas variedades también pueden ser resistentes al frío y tolerar temperaturas más bajas. Si te encuentras en una región con inviernos fríos, puedes buscar variedades específicas que sean más aptas para el cultivo en climas fríos y que puedan resistir temperaturas cercanas al punto de congelación.

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