Cuidados del indoor: ¿Qué se necesita para tener un buen indoor?

Cultivar en interior, ya sea en carpa o en armario, es una de las elecciones más comunes entre los cultivadores porque les permite controlar con mayor precisión los factores ambientales como la ventilación, humedad, temperatura, distancia entre luces y plantas, riego y nutrientes entre otras cosas. 

La circulación del aire es uno de esos aspectos del cultivo de cannabis al que se le puede no prestar suficiente atención, especialmente al principio. Armar un cuarto de cultivo interior que funcione es el primer paso para cultivar y cosechar cannabis de alta calidad, y la ventilación es clave para lograrlo.

La iluminación y la ventilación son dos de las cosas más importantes a la hora de armar un cuarto de cultivo en interior. Estos factores tienden a trabajar juntos y permiten que el cultivador controle los aspectos ambientales del cuarto de cultivo, como la temperatura y la humedad. Además de las cepas, los nutrientes, las macetas y todas esas otras necesidades durante el cultivo, sin la iluminación y la ventilación adecuadas se convierte en un verdadero desafío producir marihuana decente.

Un sistema de ventilación adecuado hace un buen uso de los ventiladores y extractores equipados con filtros de carbón para atraer aire fresco al espacio de cultivo mientras se controla el fuerte olor a medida que se extrae el aire viciado.

Las plantas de cannabis necesitan un suministro constante de aire fresco para poder funcionar correctamente. El CO2 es absorbido por las hojas y se convierte en azúcares para la planta a través de la fotosíntesis. El oxígeno se libera a través de los poros (estomas) en la parte inferior de las hojas y finalmente se extrae para permitir que se ventile más CO2 en el cuarto de cultivo.

Al igual que para los humanos, el aire es fundamental para la salud y la supervivencia de una planta de cannabis. Sin las cantidades adecuadas, es probable que el organismo sufra de distintos problemas, como un crecimiento lento, deficiencias, bajos rendimientos o incluso, la muerte.

Tener el control de la circulación del aire permite al cultivador tener un control más preciso sobre la humedad y la temperatura en el cuarto de cultivo. Los niveles óptimos de humedad y temperatura son necesarios para que una planta de cannabis absorba agua y transpire al ritmo correcto.

Lo ideal es tener un higrómetro que mida tanto la humedad como la temperatura. Distribuir 2 o 3 higrómetros alrededor del cuarto de cultivo es una buena forma de obtener una lectura general, y ver si el aire y la humedad se distribuyen de manera uniforme.

Tener un control total sobre estos aspectos del entorno es importante porque, a medida que avanza el crecimiento, necesitamos hacer ajustes. Para la mayoría de las variedades de cannabis, los niveles de humedad para cada etapa de crecimiento deben estar dentro de los siguientes rangos:

Consejo de un cultivador a otro: Se recomiendan temperaturas más bajas por la noche. Intenta reducirlo gradualmente a medida que llegues al final de la floración (como en invierno al aire libre), pero evita temperaturas por debajo de los 15-16°C, en lo posible.

Por último, es bueno tener en cuenta estos tips a a hora de configurar un sistema de ventilación eficiente:

· Demasiado movimiento de aire directo puede causar ‘quemaduras por viento‘, por lo que es mejor tener más ventiladores oscilantes en una configuración de potencia más baja en lugar de un ventilador fuerte a todo volumen.

· Instalar equipos de ventilación antes de las luces, ya que facilita el proceso y disminuye el riesgo de dañar las bombillas o focos en el proceso.

· Asegurarse de que las conexiones estén completamente selladas para obtener la máxima eficiencia del ventilador y del filtro de carbón.

· Lo mejor es dejar los ventiladores encendidos las 24 horas del día. Algunos ventiladores tienen indicadores de temperatura y humedad que les permiten acelerar o reducir la velocidad para mantener las condiciones ambientales correctas. 

· Para mejorar la respiración de las plantas, rociar agua tibia sobre las hojas una o dos veces durante el crecimiento para eliminar el polvo que pueda estar obstruyendo los estomas.

¿Cuántas veces se riega una planta en indoor?

La frecuencia de riego de las plantas en un cultivo indoor de cannabis puede variar dependiendo de varios factores, como el tipo de sustrato utilizado, el tamaño de la maceta, la etapa de crecimiento de la planta y las condiciones ambientales. No hay una regla fija, pero hay algunos aspectos a tener en cuenta.

En general, es importante permitir que el sustrato se seque ligeramente entre riegos para evitar problemas de exceso de humedad y posibles enfermedades radiculares. Una forma común de determinar cuándo regar es verificar la humedad del sustrato introduciendo un dedo hasta la primera falange. Si sientes que el sustrato está seco a esa profundidad, es probable que sea el momento de regar.

Sin embargo, ten en cuenta que cada planta es diferente y puede tener diferentes necesidades de agua. Observa las plantas de cerca y presta atención a las señales que te den. Por ejemplo, si las hojas se marchitan o se vuelven amarillas, puede ser un indicio de que necesitan agua. Por otro lado, si el sustrato está constantemente húmedo y las raíces parecen saludables, es posible que estés regando en exceso.

Es importante mencionar que el riego no solo se trata de la frecuencia, sino también de la cantidad. Asegúrate de regar lo suficiente para que el agua alcance todas las raíces de la planta, pero evita encharcar el sustrato.

Recuerda que el riego también puede depender de otros factores, como la temperatura y la humedad del entorno. En climas más cálidos o ambientes más secos, es posible que las plantas necesiten agua con más frecuencia.

cannabis

¿Qué pasa si un indoor no tiene ventilación?

Si un cultivo indoor de cannabis no cuenta con una adecuada ventilación, puede tener varios efectos negativos en las plantas y en el entorno de cultivo. Uno de los principales problemas es la acumulación de calor. Sin una ventilación adecuada, el aire caliente se acumula en el espacio de cultivo, lo que puede llevar a un aumento significativo de la temperatura. Las altas temperaturas estresan y dañan las plantas, afectando su desarrollo y crecimiento. Además, el exceso de calor puede provocar problemas de transpiración y dificultar la absorción de nutrientes, lo que resulta en un crecimiento deficiente y una menor producción de flores.

Otro problema asociado a la falta de ventilación es el aumento de la humedad. Sin un flujo de aire adecuado, la humedad se acumula en el ambiente y en la superficie de las plantas, creando un entorno propicio para el desarrollo de enfermedades fúngicas, como el mildiu y el oídio. Estas enfermedades pueden dañar seriamente las plantas y comprometer la calidad y la cantidad de la cosecha.

Además, la falta de ventilación puede dificultar la renovación del aire y la entrada de dióxido de carbono (CO2), que es esencial para el proceso de fotosíntesis. Un suministro insuficiente de CO2 puede limitar el crecimiento y la producción de las plantas.

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