Estamos acostumbrados a consumir información sobre cultivos para uso personal y más bien, chicos. En Argentina, la producción y distribución masiva a nivel medicinal y recreacional es, como bien sabemos, ilegal. Pero hay otro países no tan lejanos, como Uruguay, en donde desde el 2013 el cultivo, comercialización y consumo de cannabis con fines recreativos está regularizado por ley. Un pionero en este área es Fernando Saicha, que colaboró con diferentes asesoramientos para lograr que Uruguay sea el primer país en el mundo en legalizar a nivel federal y trabaja con cultivos de hasta 5000 plantas. El experto nos tira información sobre cuales son los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de cultivar a niveles monstruosos.
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Por @fernandosaicha 
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Lo más importante a tener en cuenta es el plan.
Primero, definamos: ¿Con qué propósito se va a montar el cultivo? Recreativo? Medicinal? En segundo lugar, la definición de los recursos (económicos, humanos, tecnológicos). Todo esto tiene que estar claro en el proyecto para no planear algo que resultará incumplible. Con estas dos variables bien definidas podemos montar un cultivo de porte y manejarlo como corresponde.
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Cada modalidad (interior o exterior, exterior a campo abierto o en invernaderos, cultivo estacional o continuo) tiene sus ventajas y desventajas.

Plantar en exterior en temporada es económico, el sol y el agua son provistas por la naturaleza, pero el cultivo corre riesgos: pestes, inclemencias o sequías e inundaciones pueden diezmar cultivos enteros, y sólo tendremos una oportunidad al año, durante el ciclo de vida natural de la planta (de Septiembre a Abril en el hemisferio sur)
El cultivo en interior es más seguro, pero es el proceso que más recursos exige.

Como ventaja podemos resaltar la capacidad de manejar los ciclos a voluntad, lo que nos permite tener varias cosechas al año en lugar de una única, anual. También es más fácil de controlar en todo sentido: nutrición, tamaño, pestes, todo es más controlable y automatizable.

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El cultivo en invernaderos está a medio camino entre el campo abierto y el cultivo interior. No afuera completamente, no adentro completamente. Si bien tenemos reparo del clima, la luz es natural, mientras el riego no lo es, y la ventilación dependerá del presupuesto: O abriremos plásticos a mano, o usaremos ventiladores.

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Esto es, de alguna manera, lo mejor de ambos mundos para un cultivo de porte, siendo que podemos aprovechar la luz solar, tenemos algo de reparo de las inclemencias, y dependiendo de los recursos que contemos, podemos manejar ciclos, consiguiendo más de una cosecha por año (oscureciendo o iluminando artificialmente) y nos permite no estar tan expuestos al clima, a la temporada o a los costos de un cultivo interior.
Para qué, con qué y cómo. Eso es lo más importante, lo primero a definir.
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Luego vienen la localización, la calidad del suelo y el agua, la seguridad, el equipo, etc. Lo principal es un buen plan! Definamos: ¿Con qué propósito se va a montar el cultivo? Recreativo? Medicinal? Qué recursos están disponibles? Económicos? Humanos? Tecnológicos? Todo esto tiene que estar claro en el proyecto para no planear algo que resultará incumplible.
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Con estas dos variables bien definidas podemos montar un cultivo de porte y manejarlo como corresponde.


Fernando también es orador en los cursos de Cosechalibre. Habiendo participado de la versión 1 de cultivo, versión 2, y el curso de Hidroponía.  Clickea ACÁ para ver más!

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