Secado de cogollos en frío
La liofilización o “Freeze Dry”, es una forma poco ortodoxa pero efectiva de curar el cannabis. Si bien se parece poco a las formas tradicionales de secar y curar los cogollos, pero puede dar los mismos resultados, si no mejores.
Si bien la liofilización no es nueva, solo en los últimos años se introdujo como un proceso innovador que reduce el tiempo de secado, y hasta puede adelantar el proceso por semanas enteras.
El costo de integrar un sistema de liofilización en el proceso de secado puede ser un poco elevado para muchos. Pero a la larga, los beneficios que se obtienen son una buena compensación.
La tecnología de liofilización reduce el tiempo de curado a un día. Aunque el tiempo de curado depende de la configuración y del liofilizador que se utilice, el tiempo total que se le va a dedicar al proceso es muy corto.
También elimina la necesidad de lidiar con los problemas de configurar salas de secado y curado. Eso significa no tener que preocuparse por la contaminación por plagas, mohos y todo el control ambiental. Sobretodo, es un gran ahorro de espacio ya que se puede destinar la sala de secado o curado para cualquier otra cosa, incluso para un cuarto de cultivo y así cultivar con mayor regularidad.
La liofilización conserva cada pedacito de la variedad elegida, sin la humedad y se obtienen cogollos completos sin deformación ni encogimiento. El aroma y los tricomas están intactos, y la potencia está al máximo.
Los liofilizadores suelen denominarse como productos de “Freeze Dry”, por lo que es una buena idea buscarlos bajo este nombre si queremos conseguir uno.
La liofilización ocurre cuando el agua dentro de los cogollos se vuelve cristalina a bajas temperaturas. Son expulsados durante la sublimación, o cuando los sólidos se convierten en materia gaseosa sin fundirse.
Si bien están relacionados, hay que tener en cuenta que la liofilización es diferente de la congelación. Este último solo enfría el producto y retiene la humedad. Mientras que el primero enfría y expulsa la humedad. En la liofilización, hay tres fases, y puede tardar hasta 24 horas en completarse.
La primera etapa es la congelación, en la que los cogollos se congelan y se llevan a temperaturas entre -30 y -40 grados Celcius, según la variedad. En esta etapa, los cogollos deben congelarse rápidamente para evitar la formación de grandes cristales de hielo que afecten la calidad del producto final. Para lograr esto, hay que precongelar el liofilizador.
Una vez que está a la temperatura ideal para la variedad elegida, se sacan las bandejas y se introducen los cogollos. El liofilizador se encarga del proceso hasta que los cogollos se liofilizan.
La segunda fase es el secado por sublimación. El Freeze Dryer encierra los cogollos al vacío y vaporiza el hielo dentro de los cogollos sin convertirlos en líquido. Despues, el vacío succiona el vapor hacia una unidad de condensación fría, que lo convierte en hielo.
El tercero es el secado por desorción. Esta fase consiste en que los cogollos vuelvan a temperatura ambiente y derretir el hielo en la unidad de condensación.
El proceso de recalentamiento durante el secado elimina el contenido de agua restante en el interior. Al mismo tiempo, el hielo de la unidad de condensación es expulsado y drenado.
Una vez terminado el proceso, deberíamos obtener un cogollo con el mismo aspecto y con más THC. Cuando se almacenan correctamente, pueden durar entre seis meses y tres años en bolsas de polietileno y al menos 25 años en frascos herméticos.
La liofilización está bastante lejos de los métodos tradicionales de secado y curado de los cogollos, pero emplea los mismos principios de secado, solo que a un ritmo más eficiente.
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