El uso de marihuana ha sido un tema de debate y estudio durante décadas, y una de las áreas más investigadas es su impacto neurológico.
El sistema endocannabinoide juega un papel crucial en la regulación de diversos procesos fisiológicos y neurológicos, incluyendo el humor, la memoria, el apetito y el dolor. Los receptores cannabinoides, especialmente los receptores CB1, se encuentran abundantemente en áreas del cerebro como el hipocampo, la corteza prefrontal y el sistema límbico. Estas regiones están involucradas en la cognición, el control del comportamiento y la formación de recuerdos.
Efectos de la marihuana en el cerebro: ¿Qué dicen los estudios sobre el consumo de marihuana?
El consumo de marihuana ha experimentado un aumento significativo en los últimos años. Según el último estudio epidemiológico realizado por el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (CEDRO), el consumo de marihuana en la población ha aumentado alarmantemente, pasando del 5.6% en 2010 al 8% en 2015.
Los expertos atribuyen este fenómeno al aumento de la tolerancia social hacia su consumo, debido a una percepción errónea de los efectos medicinales de la marihuana y la creencia de que, al ser una planta natural, no causa daño.
El delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) es el principal compuesto responsable de los efectos sobre el cerebro. Además, la planta contiene más de 500 químicos, de los cuales al menos 100 son sustancias psicoactivas llamadas cannabinoides.
Marihuana y receptores cannabinoides: ¿Cómo Actúan los Cannabinoides?
Los cannabinoides son sustancias producidas por el organismo (endocannabinoides) que regulan percepciones sensoriales, tiempo, ciclo de alimentación, pensamiento y estado de ánimo. La marihuana, al contener efectos cannabinoides, genera alteraciones agudas de estas funciones, como euforia, risa, relajación, percepción más brillante de los colores, alteración del tiempo y aumento del apetito.
El uso prolongado de marihuana afecta el sistema endocannabinoide del cerebro, produciendo cambios que llevan a la adicción. Según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de los Estados Unidos (NIH), alrededor del 9% de las personas que usan marihuana se volverán dependientes.
Este número aumenta al 17% en quienes inician el consumo en la adolescencia y del 25 al 50% en usuarios diarios.
Efectos neurológicos del consumo crónico de marihuana
Investigaciones recientes han demostrado que el consumo crónico de marihuana puede causar serias alteraciones en el sistema nervioso central, incluyendo:
- Pérdida de Coeficiente Intelectual (CI): Iniciar el consumo en la adolescencia puede resultar en una pérdida promedio de 8 puntos en el CI durante la edad adulta.
- Impacto en el Desarrollo Prenatal: Las madres gestantes que consumen marihuana pueden tener hijos con dificultades en la atención, concentración y memoria a corto plazo.
- Pérdida de Neuronas: El consumo diario en la adultez puede acelerar la pérdida de neuronas en el hipocampo, afectando la memoria con el envejecimiento.
- Mayor Riesgo de Esquizofrenia: Personas con predisposición a esquizofrenia que consumen marihuana de manera crónica tienen una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad.
- Distorsión de Percepciones: Afecta la capacidad de resolver problemas y distorsiona las percepciones sensoriales.
- Alteración de Conexiones Neuronales: Las imágenes cerebrales de consumidores crónicos muestran alteraciones en las conexiones neuronales en áreas clave del cerebro, como la corteza prefrontal, el hipocampo y el hipotálamo.
Estos hallazgos nos alertan sobre los peligros del consumo crónico de marihuana. El deterioro laboral, académico y social es evidente en los consumidores, y esto se relaciona con un proceso neurotóxico directo sobre el cerebro.
Además, la marihuana puede servir como puerta de entrada a otras drogas. Por lo tanto, evitar y mantener a los jóvenes alejados del consumo de marihuana es una medida prudente y necesaria para proteger su salud neurológica y bienestar general.
Marihuana y neuroimagen: Estudios en consumidores de cannabis
Las técnicas de resonancia magnética estructural permiten medir el volumen de materia gris o materia blanca en el tejido cerebral, detectando alteraciones relativamente estables en la morfología del cerebro.
Los estudios de neuroimagen estructural en consumidores severos de cannabis (más de 15 unidades por día) han demostrado reducciones significativas en el volumen de materia gris en las regiones del hipocampo y la amígdala. En contraste, estos consumidores presentan un mayor volumen de materia gris en el cerebelo. Los volúmenes de materia gris en el hipocampo y la amígdala se correlacionan negativamente con la severidad del consumo de cannabis a lo largo de la vida.
Además, las reducciones de materia gris en el hipocampo se conectan positivamente con la intensidad de los síntomas psicóticos experimentados por los consumidores: a menor volumen hipocampal, más síntomas positivos.
Estos datos indican que el cannabis ejerce sus principales efectos neuroadaptativos sobre estructuras del sistema límbico, que están implicadas en los procesos de aprendizaje y memoria y que se relacionan con la aparición e intensidad de los síntomas psicopatológicos.
Marihuana y neuroimagen funcional y metabólica
Las técnicas de neuroimagen funcional en reposo, particularmente los estudios de tomografía por emisión de positrones (PET), permiten detectar alteraciones metabólicas que no necesariamente se traducen en cambios estructurales, ofreciendo una representación del «estado» actual de esas regiones cerebrales.
Los resultados obtenidos con estas técnicas demuestran una hiperactivación de las regiones hipocampales y una hipoactivación de las regiones fronto-laterales, fronto-mediales y de la corteza cingulada anterior en consumidores de cannabis. Un estudio observó estas alteraciones en consumidores actuales, mientras que otro detectó cambios similares en consumidores que llevaban varias semanas de abstinencia.
Estos patrones reflejan la distribución topográfica de los receptores CB1 en el cerebro humano y mimetizan las disfunciones detectadas por estudios de administración aguda en voluntarios sanos, además de observar hipoactivaciones en las regiones prefrontales.
Cannabis y sistema nervioso: Implicaciones de los hallazgos
Estos hallazgos sugieren que las alteraciones vinculadas a los efectos agudos del cannabis se mantienen en el tiempo y se extienden a regiones implicadas en la motivación y el control ejecutivo, además de las regiones límbicas involucradas en el aprendizaje y la memoria, en consumidores habituales de cannabis.
Esto indica que el consumo de cannabis puede tener efectos duraderos y potencialmente perjudiciales sobre la función cerebral, destacando la importancia de considerar estos riesgos al evaluar el uso de esta sustancia.
En resumen, tanto las técnicas de neuroimagen estructural como funcional revelan que el consumo crónico de cannabis produce cambios significativos en la morfología y el metabolismo cerebral, afectando negativamente funciones cruciales como el aprendizaje, la memoria, la motivación y el control ejecutivo.
Estos efectos subrayan la necesidad de un mayor entendimiento y conciencia sobre las implicaciones del consumo prolongado de cannabis en la salud mental y neurológica.
Hallazgos neuropsicológicos y de neuroimagen funcional durante tareas cognitivas
Marihuana y memoria: Aprendizaje y motivación
Entre los déficits neuropsicológicos más notables asociados al consumo de cannabis, los relacionados con el aprendizaje y la memoria episódica son los más consistentes y los que provocan deterioros cognitivos más significativos y duraderos.
La memoria episódica incluye varios subprocesos, como la codificación inicial de la información, el almacenamiento y consolidación, y la recuperación de la información, que puede ser libre o a partir de claves contextuales. Actualmente, no existe evidencia concluyente sobre cuáles de estos subprocesos de la memoria son más afectados por el consumo de cannabis.
Marihuana y cognición: codificación de información y procesamiento semántico
Estudios recientes sugieren que la comprensión de los subprocesos del aprendizaje y la recuperación de información afectados por el cannabis es crucial para entender los déficits de memoria en relación con trastornos psicopatológicos como la esquizofrenia.
Modelos contemporáneos de psicosis, utilizando paradigmas de administración aguda de cannabis o ketamina, sugieren que las dificultades en el uso de estrategias de organización y procesamiento semántico durante la codificación de información pueden estar en la base de las alteraciones cognitivas que definen la esquizofrenia.
Por ejemplo, un estudio de resonancia magnética funcional en consumidores de cannabis realizando una tarea de pares asociados (asociar caras con nombres) detectó un patrón de hiperactivación en regiones parahipocampales e hipoactivación en regiones prefrontales.
Hiperactivación e Hipoactivación Cerebral
La hiperactivación parahipocampal durante la codificación se incrementa con la severidad del consumo de cannabis, indicando que los problemas mnésicos inducidos por el consumo severo afectan especialmente la codificación profunda de la información, repercutiendo en el recuerdo libre.
Además, el reconocimiento de la información aprendida también se ve afectado, ya que en el proceso de codificación se desaprovechan recursos esenciales para la recolección del origen del material, provocando un alto porcentaje de «falsos positivos».
Recursos mnésicos y contexto organizativo
En resumen, los sistemas de aprendizaje y memoria en consumidores de cannabis se caracterizan por una excesiva utilización de recursos mnésicos dirigidos a captar asociaciones nuevas y superficiales entre estímulos, en ausencia de una adecuada supervisión del contexto organizativo o la relación semántica que da sentido profundo a esas asociaciones.
Estas alteraciones en los mecanismos de aprendizaje repercuten en los procesos de razonamiento y predicción, influyendo negativamente en el rendimiento cognitivo general.
Neurogénesis y marihuana: Implicaciones para la Salud Mental
Las alteraciones neuropsicológicas y de neuroimagen funcional en consumidores de cannabis sugieren que el consumo de esta sustancia puede tener efectos duraderos y perjudiciales sobre el aprendizaje, la memoria y otros procesos cognitivos.
Estas evidencias subrayan la importancia de considerar los riesgos asociados al consumo de cannabis, especialmente en individuos jóvenes y en aquellos con predisposición a trastornos psicopatológicos como la esquizofrenia.
En conclusión, los hallazgos de neuroimagen funcional y estudios neuropsicológicos revelan que el consumo de cannabis produce cambios significativos en la función cerebral, afectando negativamente funciones esenciales como el aprendizaje, la memoria, la motivación y el razonamiento.
Estos efectos destacan la necesidad de un mayor entendimiento y conciencia sobre las implicaciones del consumo prolongado de cannabis en la salud mental y neurológica.