Las genéticas en la marihuana son un aspecto fundamental para entender las características y cualidades de esta planta. Se refieren a la combinación específica de genes que determinan las propiedades únicas de cada cepa, como su sabor, aroma, potencia, tiempo de floración, y los efectos que produce en el consumidor.
Al igual que en cualquier organismo vivo, la genética de la marihuana define su identidad y es el resultado de un cuidadoso proceso de selección y cruce de diferentes variedades.
Los cultivadores y breeders (criadores) de cannabis han perfeccionado el arte de manipular las genéticas para crear cepas con características deseadas, ya sea para mejorar su rendimiento, resistencia a enfermedades, o para desarrollar perfiles de cannabinoides y terpenos específicos que se adapten a las necesidades y preferencias de los consumidores.
Desde las clásicas variedades índica y sativa, hasta los híbridos modernos, las genéticas juegan un papel crucial en la diversidad y evolución del cannabis en todo el mundo.
¿Qué son los clones y las semillas de cannabis?
Cuando decides empezar a cultivar una planta de marihuana macho y hembra, tienes dos opciones principales para dar inicio al proceso: las semillas de cannabis y los clones de cannabis. Ambos métodos pueden llevarte a obtener plantas de marihuana maduras y florecientes, pero cada uno tiene sus particularidades y beneficios.
Semillas de Cannabis: El comienzo de una nueva vida
Las semillas de cannabis son, literalmente, el origen de todo. Se forman dentro de la planta de marihuana hembra tras el proceso de polinización. Estas pequeñas semillas, del tamaño de un grano de pimienta, contienen una mezcla única de genes de sus plantas progenitoras, lo que significa que cada semilla puede desarrollar una planta con características ligeramente diferentes a sus compañeras.
Cultivar a partir de semillas permite a los cultivadores experimentar con una amplia variedad de genéticas, descubriendo nuevos perfiles de cannabinoides, terpenos, y otras características agronómicas.
Clones de cannabis: esqueje de marihuana exactas para un crecimiento consistente
Por otro lado, los clones de cannabis son esquejes tomados de una planta madre viva. Estos clones son, en esencia, copias genéticas exactas de la planta madre, lo que garantiza que compartirán todas sus características, desde la estructura de la planta hasta el perfil de cannabinoides.
Los cultivadores a menudo prefieren los clones cuando buscan uniformidad y consistencia en sus cultivos, ya que cada clon crecerá de manera idéntica a su planta madre, asegurando una cosecha homogénea.
Elegir entre semillas y clones: ventajas y desventajas
Tanto las semillas como los clones de genetica de marihuana ofrecen rutas viables hacia un cultivo exitoso, pero la elección entre uno u otro depende de tus objetivos y circunstancias específicas. Las semillas, por ejemplo, ofrecen la emoción de la variabilidad genética y la posibilidad de descubrir una nueva cepa favorita.
Sin embargo, también requieren un poco más de tiempo y paciencia, ya que necesitan germinar y desarrollarse desde su estado embrionario.
Los clones, en cambio, proporcionan la ventaja de la predictibilidad y la rapidez en el crecimiento, ya que empiezan su vida como una parte de una planta ya madura. Pero esta opción también tiene sus retos, como la necesidad de un acceso continuo a plantas madre saludables y el riesgo de transmitir cualquier enfermedad o plaga de la planta madre al clon.
Ambos métodos tienen su lugar en el mundo de planta de marihuana genetica, y la elección entre semillas o clones dependerá de tus preferencias, nivel de experiencia y los objetivos específicos de tu cultivo.
¿Se pueden clonar plantas de marihuana autoflorecientes?
La respuesta corta es sí, se pueden clonar planta de marihuana chiquita autoflorecientes, pero la efectividad de este proceso es muy limitada. Aunque muchos cultivadores experimentados han intentado aprovechar la clonación de autoflorecientes, los resultados han sido mayormente decepcionantes.
A diferencia de las plantas fotoperiódicas, las autoflorecientes tienen un ciclo de vida genéticamente predeterminado, lo que restringe su capacidad de ser clonadas de manera efectiva.
El desafío de clonar autoflorecientes
Algunos cultivadores optan por rematar sus plantas autoflorecientes, eliminando la punta de crecimiento o apical para fomentar un crecimiento más arbustivo y aumentar el rendimiento.
Sin embargo, los esquejes tomados de estas plantas suelen producir pequeños bonsáis que no logran desarrollar un tamaño significativo antes de entrar en la fase de floración. Esto se debe a que el ciclo de vida de las autoflorecientes continúa avanzando, independientemente de si la planta ha sido clonada o no.
Limitaciones genéticas y temporales
Las variedades autoflorecientes, como Auto Blackberry Kush o Auto Blueberry, completan su ciclo de vida en un período muy corto, a veces en tan solo 9 semanas. Esto significa que un esqueje tomado de una planta autofloreciente ya en crecimiento tiene un tiempo muy limitado para establecerse, echar raíces, y florecer antes de que termine su ciclo de vida.
En la práctica, esto suele traducirse en una producción mínima, lo que hace que la clonación de autoflorecientes no sea una opción viable para la mayoría de los cultivadores.
Clonación en autoflorecientes vs. Fotoperiódicas
A diferencia de las plantas fotoperiódicas, que dependen del cambio en el ciclo de luz para entrar en la fase de floración, las autoflorecientes inician su floración de manera automática después de unas 4 semanas de crecimiento vegetativo, independientemente del fotoperiodo.
Esta característica genética es la que complica el proceso de clonación. Un esqueje tomado a las 4 semanas solo tendría unas pocas semanas para crecer y florecer, lo que generalmente resulta en una cosecha muy reducida.
Conclusión sobre como criar una planta de marihuana
En resumen, aunque es técnicamente posible clonar plantas de marihuana autoflorecientes, los resultados no suelen justificar el esfuerzo. La mayoría de los cultivadores que han experimentado con la clonación de autoflorecientes han concluido que no es una práctica rentable ni efectiva en términos de tiempo y recursos. La opción más eficiente sigue siendo cultivar nuevas plantas a partir de semillas autoflorecientes, garantizando un desarrollo completo y una cosecha más abundante.