La investigación biotecnológica enfocada en aplicaciones médicas del cannabis está consolidándose en América. Gracias a este impulso se busca diseñar medicamentos respaldados por evidencia científica, aprovechando el avance regulatorio y a la espera de una evaluación crucial por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ahora bien, la cuestión está en como la biotecnologia y la marihuana pueden llevarse bien para desarrollar una genetica de cannabis que tenga todos los beneficios y la calidad que buscan los cultivadores. Por eso, en esta oportunidad vamos a hablar de como ambas disciplinas pueden mejorarse mutuamente.

¿Qué es la biotecnología?

La biotecnología se trata de un conjunto de técnicas que emplea células vivas, cultivos de tejidos o moléculas derivadas de organismos, como enzimas, con el fin de obtener o modificar productos, mejorar plantas o animales, o desarrollar microorganismos para aplicaciones específicas.

Estos procesos tecnológicos están vinculados a organismos vivos y a los procesos biológicos, como la fermentación de productos específicos y la utilización tecnológica de enzimas, así como la producción de proteínas recombinantes. La biotecnología se sustenta en el conocimiento de procesos biológicos fundamentales, como la biología molecular y la genética, y proporciona herramientas para el desarrollo sostenible en la agricultura, pesca, silvicultura e industrias alimentarias.

Cuando se integra de manera adecuada con otras tecnologías para la producción de alimentos, productos agrícolas y servicios, la biotecnología se convierte en una herramienta de gran relevancia para satisfacer las necesidades de una población en crecimiento.

¿Cómo afecta la biotecnología a la calidad y potencia del cannabis?

El caso de Misiones

Misiones se consolida como líder en la producción de aceite de cannabis destinado a la salud, gracias a una serie de logros que aseguran la alta trazabilidad del producto.

La provincia es conocida por contar con infraestructura y equipamientos de última generación, llevando a cabo estudios continuos mientras avanza en el cultivo de la planta. En este sentido, la Biofábrica es la que actualmente se encarga de cultivar más de 10 hectáreas al aire libre (Outdoor) y una cantidad similar bajo el esquema controlado conocido como Indoor. En diciembre de 2022, se iniciaron las primeras entregas de muestras de aceite destinado al tratamiento de enfermedades específicas.

¿Cómo usan la biotecnología tradicional para mejorar el cannabis sativa?

La colaboración entre el Gobierno de Misiones, la Biofábrica y MisioPharma avanza de manera sólida para posicionar a la provincia como líder en la producción del aceite de cannabis. Es tan así que recientemente se incorporó una nueva biotecnologia argentina inédita en la región para controlar la calidad del producto medicinal. Se trata de un cromatógrafo que garantiza la producción de aceite de cannabis bajo estándares y controles de máxima calidad.

Samira Almirón, ingeniera química y parte del grupo de jóvenes profesionales de Misiopharma, explicó: «Es lo último en tecnología y sirve para identificar, a través de la técnica cromatografía líquida de alta eficacia, los componentes que tienen desde la materia prima hasta el producto final (aceite) y también conocer la concentración tanto del producto intermedio como del terminado».

Cálice biotech: buscando mejorar la genetica de cannabis

Como era de esperarse en la industria Argentina, en este escenario se destaca el emprendimiento de dos biotecnólogos graduados de la UNSAM, Ramiro Olivera y Esteban Hernando, junto con Alejandro Germe, economista especializado en finanzas y estrategia organizativa de startups.

La concepción del proyecto por parte de Olivera se remonta a 2017, cuando el marco legal para el cultivo de cannabis en Argentina era restrictivo. En 2019, Hernando se sumó como asesor de desarrollo tecnológico. En mayo de 2021 se creó «Cálice Biotech» y en febrero de 2022 obtuvo la habilitación del Ministerio de Salud para operar en las instalaciones de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM.

Cálice se presenta como una plataforma de biotecnología vegetal centrada en el mejoramiento genético de cannabis, con un modelo de negocios que proporciona soluciones a compañías y bancos de semillas en Argentina y a nivel mundial.

En el ámbito medicinal, buscan crear nuevas variedades de cannabis con aplicaciones médicas para tratamientos donde los fármacos convencionales no son efectivos. Además, exploran desarrollos para usos industriales y horticultura. Los socios han obtenido financiamiento de inversores locales y están en negociaciones con uno extranjero.

¿Qué pasa con las geneticas de cannabis en Argentina?

El mercado global del cannabis está experimentando un crecimiento significativo, con un volumen proyectado de 42.700 millones de dólares para 2024. En Argentina, la Secretaría de Producción del Ministerio de Economía estima que para 2025 el sector alcanzará ventas anuales de 500 millones de dólares y generará 10.000 puestos de trabajo.

El límite legal de 0,3% de THC para las plantas de cannabis sativa impone restricciones al cultivo para uso industrial. Cálice afirma haber anulado el gen de la planta que produce THC mediante ingeniería genética a escala de laboratorio, posicionándose entre los pioneros en el mundo en lograrlo.

El desarrollo de variedades de cannabis también requiere bioinformática, fenómica y cultivo de tejidos. La fenómica estudia el comportamiento del cultivo a partir de la medición de diversos parámetros, mientras que el cultivo de tejidos, mediante micropropagación, es esencial para aplicar la edición genética y una técnica de producción y esterilización de plantas.

La micropropagación, técnica clonal avanzada, implica la generación de nuevas plantas a partir de pequeños fragmentos de tejido vegetal mediante reguladores de crecimiento y medios de cultivo especiales.

Argentina y la transgenesis: la biotecnologia tradicional

Actualmente, en el mercado solo se encuentra una variedad de cannabis de este tipo, la cual es transgénica y fue desarrollada en Estados Unidos. La transgénesis implica la introducción de genes externos en el genoma de la planta para conferirle propiedades que no poseía originalmente.

Dado que esta intervención genera un organismo nuevo que no podría haber surgido de manera natural, los ensayos regulatorios para su comercialización son exhaustivos y requieren entre 15 y 20 años, con inversiones que superan los 50 millones de dólares.

La transgénesis es una técnica más antigua que las tijeras moleculares de precisión CRISPR, las cuales reducen los tiempos de desarrollo y los costos regulatorios al no dejar huellas en el genoma del organismo genéticamente modificado.

Sin embargo, para anular un gen específico, además de la implementación de la técnica CRISPR, es necesario conocer cuál es el gen que se debe editar. En el caso del cannabis, existen aproximadamente 40,000 posibilidades. Es en este punto donde el enfoque multidisciplinario de Cálice y las demás empresas cobra relevancia.

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