Una de las muchas maravillas del cannabis es su versatilidad y todas las diferentes maneras que hay de aprovecharlo y consumirlo. Para fumarlo, los cogollos se secan y se curan, lo que libera cannabinoides, terpenos y otros compuestos beneficiosos en una forma que el cuerpo puede absorber fácilmente.
Pero con un poco más de trabajo, el cannabis también se puede consumir en otros productos. La flor se puede cocinar en aceite o manteca y producir una grasa infusionada para usar en comestibles. En un nivel mas profesional, se pueden usar solventes o destilados y crear concentrados para vaporizar.
Pero lo más fácil de hacer con cannabis es kief, que se concentra en los tricomas de la superficie de la flor de cannabis (y en menor medida, las hojas) y están llenos de cannabinoides y terpenos riquisimos. El kief es fácil de recolectar sin el uso de ningún equipo complicado, y una vez que logras el producto, hay miles de maneras de disfrutarlo.
La forma más fácil de recolectar pequeñas cantidades de kief es usar un picador de marihuana de tres cámaras. La cámara central, donde se acumula la hierba después de picarla, tiene una malla. La malla sirve como un filtro que permite que las cabezas de los tricomas casi microscópicas caigan en la cámara inferior mientras retienen el material vegetal. Una vez que hayas picado un par de cogollos ya se puede raspar el kief de la cámara inferior.
Hay varias formas de disfrutar el kief. Lo más fácil es fumarlo. Una pipa de vidrio o una boquilla pequeña con malla es útil si se quiere fumar el kief solo. También se puede usar este para enriquecer la potencia en un porro o bong rociándolo sobre el cogollo triturado. También se usa para moonrocks o para decorar porros por afuera usando extractos como pegamento. Aplicando calor y presión podemos transformar el kief en hash.
Revisa tu picador que seguro hay algo de kif esperándote para que te pongas creativo y lo uses como mas te guste!