Recolectar y almacenar polen es una forma fantástica de experimentar con la planta de cannabis, así como de preservar la genética auténtica y original de la planta madre. A algunas personas les gusta guardar la semilla, que también es una gran opción ya que el polen es un poco más laborioso de recolectar.

Antes de comenzar con el método de recolección de polen hay que establecer algunas reglas básicas.

Lo principal es asegurarse de que no haya aire/viento en la habitación. Para esto, hay que apagar todos los ventiladores, manteniendo el movimiento al mínimo. Se recomienda manipular el polen con guantes de látex.

Por otro lado, es clave usar una máscara para evitar inhalar el polen. Si sos extremadamente sensible o alérgico, usar gafas protectoras y una máscara respiratoria es de gran ayuda.

El polen es muy sensible y susceptible de ser arrastrado por el viento. Por eso, una buena manera de facilitar el proceso y evitar perdida de polen, es tener todas las cosas necesarias para almacenar el polen antes de empezar. 

La recolección de polen es una actividad muy delicada. No queremos que el viento se lleve estas pequeñas partículas a las plantas hembra, lo que provocaría que estas produzcan semillas en lugar de cogollos verdes. También puede dar lugar a plantas hermafroditas, que producen cogollos y semillas. Si es posible, mantener las plantas masculinas y femeninas en habitaciones separadas.

Las plantas de cannabis macho comienzan su producción de polen después de unas pocas semanas en el ciclo de floración. Una vez que llegan a esta etapa, los sacos de polen se abren y permiten que el viento lleve el polen a las plantas hembra. Podemos encontrar los sacos de polen donde se unen la rama y el tallo de la planta.

Lo más importante al capturar el polen es asegurarse de recolectarlo en el momento adecuado. Si no lo hacemos, el polen se libera en el aire y, una vez que la planta macho termine su trabajo, comenzará a marchitarse. Hay que asegurarse de capturar el polen tan pronto como los sacos estén abiertos.

La forma más simple de recolectar polen en plantas de cannabis implica cortar un racimo de flores. 

Para este método vamos a necesitar un recipiente de almacenamiento sellado o una bolsa Ziploc resistente para recolectar el polen de manera exitosa. Vamos a usar unas tijeras desinfectadas para cortar un racimo de la planta de cannabis, incluido el saco de polen. Colocarlo en el recipiente o la bolsa y guardarlos en un lugar cálido, seco y oscuro durante una semana. Esto se hace para secar el racimo, lo que facilita que el saco se abra y deje salir el polen.

Para probar si el racimo se secó por completo, agitar bien el recipiente. Si vemos que el polen sale fácilmente de los sacos, están listos para ser recolectados. Si el saco de polen no se abre con facilidad, secarlo durante unos días más antes de volver a intentarlo.

Después de una sesión de agitación exitosa, es hora de separar la materia vegetal y el polen con un colador de malla metálica. Abajo del colador hay que colocar el pape encerado o papel manteca para que el polen caiga sobre una superficie segura. Cuando se vuelca el racimo sobre el colador, el polen debería caer a través de la malla metálica, hacia el papel manteca que esta abajo.

En cuanto al almacenamiento, el polen de cannabis requiere de un lugar seco, hermético y oscuro donde permanezca fuera de la luz. Hay que estar atento a las fluctuaciones de temperatura, ya que pueden provocar daños en las células o humedad debido a la condensación. Se puedes guardarlo en la heladera o en el congelador.

En cuanto al contenedor de almacenamiento, recomendamos un frasco de vidrio en lugar de bolsas de plástico. Son más confiables y, en términos de calidad hermética, tienen una sujeción superior.

Una vez terminado el proceso de recolección de polen, lo ideal es cambiarse de ropa y pegarse una ducha ya que es muy volátil y puede contaminar otras plantas sin que lo busquemos.