Tener plantas de marihuana en casa ayuda a tener todo a mano. Si queremos aprender sobre como cultivar cannabis, hacer nuestros propios cogollos, crear nuestros porritos con lo que nos guste y demás. Sin embargo, muchas veces tener a mano las plantas puede ser peligroso para ciertos animales.

Nuestros animales son curiosos y, si ven una planta de cannabis podría morder la planta, comer un pedazo y demás.

¿Son las plantas de cannabis tóxicas para los gatos y los perros?

La marihuana es una mezcla de hojas secas y flores de plantas de cannabis, que contiene cannabinoides, el más famoso de los cuales se llama tetrahidrocannabinal (THC). El THC se conoce como una «sustancia psicoactiva», que causar cambios en el sistema nervioso central de las personas para producir una sensación de estar “colocado”. ¿Pero que pasa con los animales?

El cannabis es tóxico para los perros y gatos en grandes cantidades. Es aún peor si ese cannabis resulta tener un alto contenido de THC.

¿Por qué exactamente el THC es tan malo para los perros y los gatos?

La respuesta está en la forma en que funciona el cerebro de los animales.

El cerebro de nuestras mascota contiene más receptores cannabinoides, que se conocen científicamente como CB1 y CB2 que se unen a las moléculas de THC del cannabis. Es esta unión la que produce los efectos psicoactivos del cannabis. Un mayor número de receptores celulares significa un subidón más intenso, es decir, que su cachorro o gatito se “colocará” más que los humanos con menos producto. Los perros y los gatos también tienen menos receptores CB2 que los humanos, lo que significa que obtienen un colocón más intenso, pero menos de las propiedades curativas que puede proporcionar el cannabis.

A si mismo, en caso de que tengas comestibles de cannabis, los perros y los gatos son muy sensibles a muchos de los ingredientes habituales de ellos. La sustancia más conocida y tóxica para los perros es el chocolate y el edulcorante artificial Xilitol, ingredientes que se utilizan a menudo en los comestibles de cannabis. En caso de que su perro o gato encuentre sus comestibles de marihuana, es muy importante que le cuente al veterinario toda la historia así le den el tratamiento adecuado.

¿Por qué el cannabis es malo para los gatos?

Los gatos pueden estar expuestos a la marihuana al ingerir cigarrillos u hojas secas de marihuana. Cuando se inhala o se ingiere, el THC ingresa al cuerpo y se une a los neurorreceptores del cerebro, incluidos la norepinefrina, la serotonina y la acetilcolina. Esta unión altera la función normal de los neurotransmisores.

Los efectos del cannabis en gatos son:

  • Depresión
  • Letargo
  • Languidez
  • Pérdida de la coordinación motora o el equilibrio (tropezar)
  • Incontinencia urinaria
  • Frecuencia cardíaca baja
  • Presión arterial baja
  • Depresion respiratoria
  • Pupilas dilatadas y ojos vidriosos
  • Vocalización como llanto o lloriqueo
  • Agitación
  • Babeo
  • Vómitos
  • Convulsiones
  • Coma
  • Mayor estimulación a ruidos o movimientos rápidos (algunos gatos pueden experimentar alucinaciones)

Por eso, los gatos y el cannabis es mejor mantenerlo separados.

Los signos de exposición pueden comenzar entre 5 minutos y 12 horas después de que el animal se haya expuesto a la marihuana. Los signos pueden durar potencialmente de 30 minutos a varios días, dependiendo de la dosis ingerida.

Si su gato drogado muestra síntomas de toxicidad, o cree que puede haber ingerido marihuana de alguna forma, llame a su veterinario de inmediato.

¿Todo el cannabis afecta a los gatos por igual?

El THC se almacena fácilmente en el tejido adiposo del cuerpo, que incluye el hígado, el cerebro y los riñones. El hígado metaboliza este THC y gran parte se excreta en las heces y la orina.

La buena noticia es el efecto de cannabis en gatos, la exposición e ingestión rara vez son mortales en los gatos y las complicaciones a largo plazo son poco comunes. La toxicidad de la marihuana es baja para los gatos y requiere aproximadamente 1,5 gramos de marihuana por libra de peso corporal para ser fatal. Los problemas más graves relacionados con la exposición o la ingestión de marihuana en los gatos se deben a las altas concentraciones de THC de grado médico.

No existe un antídoto para la marihuana, lo que significa que el tratamiento de la exposición a la marihuana generalmente implica tratar de eliminar la droga del sistema, tratar los signos secundarios y brindar apoyo hasta que la droga se elimine del sistema. El proceso de recuperación puede tardar más de 24 horas.

Cannabis para gatos: tratamientos para sacar marihuana de su sistema

Si la intoxicación de cannabis en gatos es leve, ofrecer agua y ubicar al animal en un lugar oscuro y tranquilo, vigilando su temperatura corporal y evitando los ruidos altos. Observarlo frecuentemente.

Es vital que comprendan que no todos los animales reaccionan por igual. Va a depender la sensibilidad del individuo cuáles serán sus efectos. En caso de que el animal presente signos neurológicos como ataxia, decaimiento o excitabilidad, vocalización, quiere decir que ya hizo efecto lo que haya ingerido. Entonces, lo que el veterinario podría hacer sería:

  • De acuerdo al cuadro, se podría realizar un tratamiento sintomático con la administración de un suero como para “diluir” el efecto de los cannabinoides.
  • En casos muy puntuales de mucha excitación, se puede sedar al animal aunque esto puede ser contraproducente.
  • Administrar carbón activado para ayudar a absorber la marihuana en su sistema.
  • Se pueden administrar medicamentos para controlar los vómitos o controlar las convulsiones en casos extremos.

Cuidados y precauciones para evitar intoxicacion en gatos con cannabis

A continunación te dejamos algunas recomendaciones para que puedas evitar hacerle pasar un mal momento a tu mascota:

  • Colocar cerrojos en indoors o cerrar las habitaciones donde se encuentren las plantas.
  • Cercar cultivos de exterior. Esto, además de evitar que tu mascota pueda comer las plantas, también te ayudará a que no arruine el cultivo.
  • Almacenar cogollos, extractos o preparaciones comestibles en un lugar seguro y lejos del alcance de nuestras mascotas.
  • Mantener tucas, restos de cogollos, ramas o manicura fuera del alcance de los animales.

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