Es interesante aclarar que las terapias con cannabis para tratar enfermedades, como la epilepsia refractaria, son utilizadas hace más de 500 años.

Hay informes que muestran que en China en el 2700AC se utilizaban preparados medicinales con cannabis para tratar dolores reumáticos, constipación, y dolores menstruales. Durante la edad media, los médicos islámicos la utilizaban para tratar la epilepsia, la fiebre y como analgésico. En la actualidad, el cannabis, y sobre todo el cannabinoide CBD, se receta para tratar ansiedad, dolores crónicos, nauseas, vómitos y epilepsia, entre otras cosas.

Gracias a las tecnologías en cultivos, se pueden plantar variedades solamente de CBD, sin la necesidad de consumir el cannabinoide THC, el cual tiene propiedades psicoctivas. El CBD y las terapias alternativas a base de cannabis han demostrado efectos anticonvulsivantes que mejoran la calidad de vida de los padecientes de esta enfermedad.

Diferentes estudios mostraron que el CBD tiene un alto el efecto anticonvulsivo que resulta altamente eficaz en diferentes tipos de epilepsia, y su uso aumentó ampliamente gracias a que esta medicación no posee efectos psicoactivos.

El CBD ayuda a regular el sistema endocannbinoide, el cual desempeña un papel fundamental en la regulación de la duración y frecuencia de las convulsiones. Algunos médicos, impulsados por el investigador del cannabis y doctor Ethan Russo, afirman que ciertos tipos de epilepsia se desarrollan en consecuencia de una disfunción del sistema endocannbinoide.

Los casos de epilepsia de mayor gravedad se denominan estado epiléptico. Esto sucede cuando el paciente sufre crisis convulsivas que pueden durar periodos de más de 5 minutos y varias veces por día. Lo grave de esta patología es que si el paciente no recibe un tratamiento inmediato, al sufrir una perdida prolongada de la función normal del cerebro, el daño cerebral puede ser irreversible, e incluso puede llegar a la muerte.

El caso de Charlotte Figgi revolucionó el mundo del cannabis medicinal y a los Estados Unidos cuando para tratar una rara epilepsia que padecía, comenzó un tratamiento con aceite de CBD que como resultado mejoró notablemente su calidad de vida.

El tipo de epilepsia que Charlotte padecía lleva el nombre de Síndrome de Dravet y no existe una medicación específica para combatirla. A los tres meses de edad ya sufría violentas convulsiones que progresivamente le impidieron hablar, caminar y hasta comer, por lo que tenía que usar una sonda.

Después de buscar soluciones médicas la familia Figi se comunicó con el dispensario cannabico de Joel Stanley, que junto a sus hermanos habían creado una cepa de marihuana con altos contenidos de CBD, no psicoactiva. Charlotte inició su tratamiento con un aceite de CBD y rápidamente sus convulsiones diminuyeron. Volvió a caminar y pudo empezar alimentarse sin ayuda de la sonda. Este aceite se utilizó para investigaciones con pacientes de cáncer y en su honor fue bautizado como Charlotte’s Web. Su caso fue un avance para las investigaciones sobre el cenabais para uso medicinal y quedará siempre en la memoria.

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¿Qué es bueno para la epilepsia refractaria?

La epilepsia refractaria, también conocida como epilepsia resistente a los tratamientos, es una forma de epilepsia en la que los pacientes no responden a los tratamientos convencionales. Aunque no hay una cura para la epilepsia, hay tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes con epilepsia refractaria.

Uno de los tratamientos alternativos que ha ganado popularidad en los últimos años es el empleo de CBD. Se ha demostrado que el CBD tiene propiedades anticonvulsivas y puede reducir la frecuencia y la intensidad de las convulsiones en pacientes con epilepsia refractaria.

Además del CBD, existen otros tratamientos alternativos y complementarios que pueden ser beneficiosos para pacientes con epilepsia refractaria, como la dieta cetogénica y la estimulación del nervio vago. Los medicamentos tradicionales también pueden ser efectivos para algunos pacientes.

Es importante tener en cuenta que el CBD puede tener efectos secundarios, como somnolencia, fatiga y diarrea, y puede interactuar con ciertos medicamentos. Por lo tanto, es importante que los pacientes hablen con su médico antes de comenzar cualquier tratamiento a base de CBD o cannabis.

De esta forma, aunque la epilepsia refractaria puede ser difícil de tratar, existen opciones de tratamiento alternativas y complementarias que pueden ser beneficiosas para algunos pacientes, incluyendo el CBD y otros tratamientos médicos convencionales. Es valioso trabajar con un equipo médico calificado para encontrar el mejor tratamiento para cada paciente.

¿Cuántas gotas de CBD para la epilepsia?

No hay una respuesta única a esta pregunta, ya que la dosis adecuada de CBD para la epilepsia puede variar según la persona y la gravedad de la condición. Es relevante hablar con un médico o un especialista en cannabis medicinal antes de comenzar a tomar CBD para la epilepsia, por el hecho de que pueden determinar una dosis adecuada y hacer un seguimiento de su progreso. En general, las dosis de CBD para la epilepsia suelen comenzar con pequeñas cantidades y aumentar gradualmente con el tiempo. Algunos productos de CBD pueden venir con instrucciones de dosificación específicas, por lo que es importante leer cuidadosamente las etiquetas antes de su uso.

Algunos de los tipos de epilepsias más comunes incluyen:

  1. Epilepsia focal: También conocida como epilepsia parcial, este tipo de epilepsia comienza en una parte específica del cerebro. Los síntomas pueden variar según la ubicación del cerebro afectada, pero pueden incluir movimientos involuntarios, sensaciones extrañas o alteraciones del estado de ánimo o cognitivas.
  2. Epilepsia generalizada: Este tipo de epilepsia afecta a todo el cerebro y puede causar convulsiones tónico-clónicas, ausencias y mioclonías.
  3. Epilepsia idiopática: Esta es una forma de epilepsia de causa desconocida que comienza en la infancia o la adolescencia.
  4. Epilepsia criptogénica: Esta es una forma de epilepsia en la que se cree que hay una causa subyacente, pero no se puede identificar.
  5. Epilepsia sintomática: Esta es una forma de epilepsia en la que la causa subyacente es conocida, como una lesión cerebral, un trastorno genético o una infección cerebral.
  6. Epilepsia temporal: Este tipo de epilepsia se produce en el lóbulo temporal del cerebro y puede causar convulsiones y alteraciones del estado de ánimo.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos tipos diferentes de epilepsia que existen.

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