Sobrefertilización en cultivos de marihuana

El uso de fertilizantes es una buena forma de potenciar el cultivo de marihuana pero, si es en exceso, vamos a sufrir un efecto inverso, paralizando el crecimiento y produciendo menos cogollos de baja calidad, porque la fertilización abundante proporciona sal tóxica acumulada en exceso y en consecuencia, el sistema radicular de las plantas no puede absorber y asimilar los nutrientes.

La medición del pH es muy importante para controlar la fertilización excesiva, ya que el pH esta directamente relacionado con la absorción/solubilidad de los nutrientes: si es alto, las plantas no pueden absorber y asimilar los nutrientes adecuadamente.

Principalmente, hay que medir la dosis exacta de fertilizante que se va a aplicar, se debería aplicar un poco menos de la cantidad sugerida por el fabricante (si todo está bien, se puede aumentar la dosis).

Generalmente, la fertilización excesiva provoca hojas dobladas hacia abajo, con forma de garra, quemaduras y tonos de verde muy oscuro; dependiendo del elemento químico abundante, la planta va a reaccionar de manera diferente.

Por lo general, en etapa de crecimiento la sobrefertilización proporciona un exceso de nitrógeno (nutriente abundante en los fertilizantes de crecimiento); con un producto de floración excesivo, la fertilización excesiva tiende a proporcionar un exceso de fósforo(P) o potasio (K).

De todas maneras, para una información específica, desarrollamos los síntomas más característicos de cada nutriente.

Nitrógeno: hojas demasiado verdes y blancas. Los ataques de hongos y plagas son más abundantes con exceso de nitrógeno; los tallos se vuelven frágiles y, gradualmente, se doblan débilmente; con un exceso de fertilización severo, las hojas se vuelven de color marrón cobrizo, se secan y se caen. Si esto pasa en etapa de crecimiento, la planta crece mucho menos; en etapa de floración, los cogollos van a ser escasos y más pequeños.

Fósforo: el exceso de fósforo es difícil de reconocer porque la marihuana tolera una gran cantidad de fósforo, pero si esto pasa podemos notar que las hojas muestran manchas marrones. El exceso de fósforo significa una falta de calcio, magnesio, cobre, hierro y zinc.

Potasio: muy similar a la falta de magnesio/manganeso/zinc/hierro. Si estos nutrientes escasean, la sobredosis de potasio está a punto de aparecer.

Calcio: la planta se marchita y desarrolla falta de potasio, magnesio, manganeso, hierro.

Magnesio: el exceso de magnesio es muy raro; en este caso se bloquea la absorción de otros nutrientes, sobre todo del calcio.

Azufre: si no se aplican productos azufrados, el azufre nunca va a ser un problema. Con exceso de azufre, las hojas crecen pequeñas, muy verdes y se paraliza el crecimiento vegetativo (el exceso severo produce quemaduras).

Hierro: el exceso de hierro no es común, pero puede producir falta de fósforo.

Boro: amarillamiento del follaje. Los bordes de las hojas se secan y siguen al resto de la hoja gradualmente; el exceso de boro proviene del exceso de productos fitosanitarios ricos en ácido bórico. Produce Necrosis y defoliación de hojas.

Zinc: el exceso de zinc paraliza la absorción de hierro y es muy toxico, por lo que mata a la planta a corto plazo.

Manganeso: la planta necesita magnesio contra las altas temperaturas. Con exceso de manganeso, el crecimiento se ralentiza.

Cloro: las puntas y los bordes de las hojas se queman.

Cobre: ​​el exceso de cobre provoca falta de hierro, clorosis, se paraliza el desarrollo de las cepas y se obstruye el sistema radicular, generalmente por exceso de fitosanitarios a base de cobre.

Molibdeno: el exceso de molibdeno significa una falta de cobre y zinc.

Cobalto: podría ser problemático con la asimilación de nitrógeno: el cobalto es innecesario para el desarrollo de las plantas.

Todos estos variados síntomas muestran la dificultad a la hora de reconocer las carencias específicas de un nutriente, ya que como se mencionó anteriormente, no es necesario reconocer la carencia exacta. Generalmente, los problemas provienen del exceso de productos fertilizantes; las dosis más bajas son la solución.

Para tratar la sobrefertilización liviana, basta con regar durante una/dos semanas con agua limpia que no contenga fertilizantes. En este proceso, se eliminan las sales purificadas y nutrientes del sustrato. Para una sobrefertilización severa, y si pensamos que la planta está en peligro, la única solución es el lavado de raíces.

Mirá nuestros últimos contenidos…